"Los mortífagos contraatacan"

 

"Magic Wars"

"Los mortífagos contraatacan"

Harry entró al salón de clases en lo alto de la torre de astronomía. Su enemigo lo estaba esperando. Se acercó lentamente, varita en mano, preparado para sellar su destino de una vez por todas.
--Tu magia es poderosa, Harry... pero aún no eres relmente un mago. --Dijo Voldemort.
Harry no respondió solo se preparó para el primer golpe.
--¡Inmovilus! --Sonó la voz del señor oscuro.
--¡Protego! --Harry alcanzó a desviar el hechizo justo a tiempo.
Por la ausencia del pior incatatem, el joven mago notó que su enemigo no estaba usando su antigua varita. Era de esperarse que no cometiera el mismo error dos veces.
--Has aprendido mucho. --Admitió Voldemort.
--Veras que estoy lleno de sorpresas. --Lo desafió Harry.
--¡Petrificus Totalus! --Gritó el muchacho.
--¡Impedimenta! --Voldemort desvió su hechizo con suma facilidad.
--Tu destino yace conmigo, Potter... Dumbledore sabía que esto sería así. --Sentenció el señor oscuro.
--¡No! --La negativa de Harry fue rotunda.
--¡Expellarmus! --Esta vez, Voldemort fue mas rápido y la varita de Harry voló por el aire yendo a parar a un par de metros de donde él estaba.
El chico pensó rápido: o recuperaba la varita o se daba por muerto.
--¡Desmaius! --El muchacho cayó de espaldas al piso.
--Demasiado fácil, tal vez estaba equivocado. --Meditó Voldemort.
--¡Relaskio! --Grito Harry, desde el suelo.
El muchacho se había lanzado hacia atrás en el mismo momento en que el hechizo iba a hacer impacto, haciéndole creer a su enemigo que había quedado inconsciente. Solo tubo que estirar el brazo en el momento en que Voldemort se distrajo para así recuperar su varita.
--¡Impedimenta! --El contra-hechizo de su enemigo detuvo el ataque.
--Impresionante... Dumbledore te enseño bien, has aprendido a controlar tu miedo. --Voldemort sonreía.
--Ahora descarga tu ira... Solo tu odio puede destruirme. --Le aconsejó su enemigo.
--¡Crucio! --La maldición imperdonable lanzada por Harry impactó en una mesa que se interpuso entre él y su enemigo.
Con un pequeño movimiento de varita, Voldemort lanzó la mesa hacia el muchacho.
--¡Repulso! --Harry logró desviarla por poco, haciendo que de estrellara contra el ventanal que se hallaba detrás de él.
Al romperse el vidrio, una fuerte corriente de aire lo distrajo apenas el segundo suficiente para que otra mesa le impactara de lleno sin poder hacer nada para evitarlo. La fuerza del golpe lo levantó en el aire expulsándolo por el ventanal hacia la terraza de la torre.
Voldemort trepó de un salto el ventanal y salió al frío invernal de la noche. Harry se incorporó lo más rápido que pudo.
--Estás vencido, es inútil resistirse. No permitiré que te destruyas como lo hizo Dumbledore.
--¡Desmaius! --Gritó Voldemort.
--¡Protego! --El muchacho levantó el escudo justo a tiempo.
El cansancio había empezado a hacer mella en el muchacho. Eso y el dolor del terrible golpe que se había dado le terminaron jugando en contra.
--¡Cercenarie! --Esta vez, Voldemort fue más rápido que Harry.
El hechizo le dio de lleno en la muñeca, cercenándole la mano con la que empuñaba la varita. El grito de dolor del muchacho fue desgarrador. Se tomó el muñón, la herida no sangraba pues, al parecer, el hechizo también la había cauterizado. Harry se hallaba ahora indefenso.
--No hay escape. No me hagas destruirte. --Le dijo el señor oscuro.
Voldemort dio un paso adelante, acercándose al joven mago mientras este intentaba mantener la distancia. La espalda de Harry se apoyó contra el pequeño muro. miró hacia atrás, solo existía el vacío a donde había volado su mano junto con su varita. No tenía escapatoria. Harry juntó las pocas fuerzas que le quedaban y trepó a la almenara de la torre.
--Harry, no comprendes tu importancia todavía. Solo has empezado a descubrir tu poder. Únete a mi y completaremos tu entrenamiento. Con nuestra magia combinada podemos acabar este destructivo conflicto y traer orden al mundo mágico. --Le pidió Voldemort.
--¡Nunca me uniré a ti! --El dolor se hacia notar en su voz.
--Si solo conocieras el poder de la magia oscura... Dumbledore nunca te dijo lo que le paso a tu padre.
Harry retrocedió hasta quedar al borde del vacío.
--El me dijo bastante. Me dijo que tú lo mataste. --Le aseguró.
--No... Yo soy tu padre. --Esas palabras le helaron la sangre.
--No... no... ¡Eso no es verdad¡Eso es imposible! --En la mente de Harry no cabía semejante idea.
--Usa la legeremancia, Harry, y sabrás que es cierto.
El muchacho lo miró a los ojos intentando comprobar que solo fuese una mentira.
--¡Noooo! --Gritó.
El dolor que Harry sentía por la perdida de su mano, se traslado a su alma multiplicándose por mil.
Voldemort dio otro paso adelante, acercándose aún más. El muchacho no tenía escapatoria.
--Harry tu puedes destruir al ministro de magia, el ha previsto esto. Es tu destino. Únete a mi y juntos podremos gobernar el mundo mágico como padre e hijo.
Harry miró hacia el vacío. ¿Por que no? La muerte seria la única escapatoria a esa miserable vida que la había tocado.
--Ven conmigo, es la única forma. --Le dijo, extendiéndole la mano.
Harry dejó de pensar y dio un paso hacia atrás, dejándose caer al vacío.
Cayó rápidamente, golpeó el tejado saliente de una pequeña ventana y rodó por él. Intentó aferrarse con la mano que le quedaba y lo logró justo a tiempo. Así, colgando de una saliente, sintiendo como su brazo se deshacía del esfuerzo, un pensamiento volvió a su mente.
--Albus... Albus, por favor... --Rogó, pero nadie presto oídos.
Su mano resbaló un poco pero se volvió a aferrar con más fuerza.
--Hermione... Hermione. Óyeme, Hermione. --Sus pensamientos lo llevaron hacia su amiga.
Una inmensa carroza se desplazaba, por el cielo de la noche, arrastrada por seis grandes caballos alados, alejándose del castillo.
--Harry... --Un presentimiento se cruzó por la mente de la chica.
--Tenemos que volver. --Dijo mirando a Hagrid, que conducía la carroza.
--¿Que? --Preguntó Malfoy perplejo.
--Se donde está. --Contestó secamente ella.
--¿Pero que hacemos con todos esos mortífagos? --Para el joven, volver sería una locura.
--Hagrid, solo hazlo. --Le ordenó Hermione.
--¿Pero y Voldemort? --se quejó Draco.
Hagrid le dio una mirada asesina mientras tiraba de las riendas para girar la carroza.
--Esta bien, esta bien... --Dijo él echándose para atrás.
Tras un par de minutos de vuelo distinguieron la torre de astronomía... y algo más.
--Míra, hay alguien allí. --Dijo Malfoy, señalando una de las ventanas.
--Es Harry... Hagrid, ve mas despacio. Draco sujétalo. --Fueron las instrucciones de Hermione.
El muchacho abrió la ventana del techo de la carroza y trepó por ella.
--Ahora despacio, Hagrid --Le pidió la chica.
Harry sintió que las fuerzas lo abandonaban y se lamentó de que todo tuviera que terminar así. Su mano se soltó.
--¡Carpe Retractum! --El grito de Malfoy quebró el silencio de la noche.
--¿Draco? --Preguntó Hermione.
--Bien, podemos irnos. --Dijo el joven mientras introducía a Harry por la ventana del techo.
Hagrid no se hizo esperar y dirigió la carroza para que se alejara del castillo a toda velocidad, mientras Hermione atendía la herida de de su amigo.
--Harry --Sonó una voz en la mente del muchacho.
--Padre --Fue su respuesta.
--Hijo, ven conmigo --Lo llamó Voldemort.
--Dumbledore ¿Por qué no me dijiste? --Inquirió el muchacho.
--Harry, es tu destino. --La voz de su padre sonaba distante.
--Dumbledore ¿Por qué no me dijiste? --Ya no era una pregunta, era tan solo... un lamento.

Fin...



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